En la primera temporada.

Era un edificio en la periferia al que a todo el mundo le costaba llegar. Los vecinos son normales al principio, pero al juntarse se vuelven todos insoportables. En el ático, una pareja de recién casados destruida al salir elegida en las elecciones y un actor feliz cuya vida se ensucia tras enterarse de que debe compartir piso con su hermano.

En el segundo tenemos a un matrimonio feliz con tres hijos. También una pareja a punto de casarse que se muda porque el chico le pone los cuernos a la chica (esta le alquila el piso a los Recio). Un matrimonio prejubilado formado por una mujer que no afronta que se está haciendo vieja y un hombre enganchado a la tele que quiere que su vida termine lo antes posible. Y para terminar, un vecino moroso que se esconde de los demás y nadie ha llegado a verle la cara.

Hacia el primero nos encontramos con un muchacho algo raro que vive solo y todo se lo pagan sus padres y con un matrimonio que compró dos pisos: uno para ellos y otro para su hijo que actualmente estudia en Irlanda. Ambos cónyuges son insoportables y son, más aún su mujer, bastante religiosos.

En el bajo tenemos a unas viejas que ocupan el piso piloto y un matrimonio con un hijo y una anciana. Enrique se lleva mal con su suegra, Charo. Fran, el hijo, es «un macarra en potencia». Araceli tiene que soportarlo todo. Al final de la temporada llega Julián Pastor, el padre de Enrique.